Desde siempre, el mes de abril ha representado el inicio de la temporada turística en la Costa Dorada, un hecho que este año no podrá ser a causa del maldito virus que afecta medio planeta. Perdida la Semana Santa por la cuarentena, ahora todas las esperanzas se centran en recuperar cierta normalidad durante el verano. Una parada que nos obliga a repensar la Costa Daurada y que pondrá en valor todo aquello que teníamos antes de la pandemia.
Esta temporada 2020 no comenzó de la mejor manera: en enero sufrimos los efectos devastadores del temporal Gloria, que causó destrozos e hizo desaparecer parte del litoral. En febrero, una brutal explosión en una empresa química ya nos hizo confinar y provocó muertes. Y ahora sufrimos una pandemia global de consecuencias imprevisibles, con vidas que no volverán, un sistema sanitario al borde del colapso y una crisis económica enorme que apenas ha empezado. Son señales, avisos, que nos deberían empujar a hacer las cosas diferentes, a reinventarnos, a repensar la fórmula de salir adelante reforzados. A continuación, 3 retos para superar la crisis del coronavirus:
Apostar por el turismo de proximidad
Italia que nos lleva 10 días marca el camino, allí se prevé que empezarán a relajar el confinamiento la segunda semana de mayo, a partir de ese momento y de forma gradual se reactivaría la economía y la vida en las calles. Una situación que calculan que duraría de 3 a 4 meses donde sólo se permitiría el turismo interior y desplazamientos domésticos. La situación aquí seria diferente, según un estudio de Deloitte hasta Navidad no se reactivaria el turismo internacional.
Esto significa que esta temporada la Costa Dorada tiene el reto de seducir al turismo nacional y promover por necesidad una economía circular, conectar con el territorio, dar valor lo que nos hace singulares y empezar una nueva dinámica más sostenible.
Entre los hechos que nunca nos hubiéramos imaginado ver provocados por Covid-19, este año viviremos un verano insólito en la Costa Dorada: sin los tradicionales turistas ingleses, franceses, rusos, holandeses, americanos y de todo el mundo que nos visitan. Este 2020 la Costa Dorada será toda para nosotros, situación ideal para redescubrir nuestra tierra que, sinceramente, es de los mejores sitios donde ir de vacaciones.
Un cambio de mentalidad en el consumo basado en la economía circular, de proximidad y sostenible. No sólo a la hora de visitar nuestra región sino también en nuestro día a día: comprando en las tiendas, comercios y mercados locales, y apostando por el producto hecho aquí y con denominación de origen, sinónimo de calidad. Evitar la compra online y bajar a la calle para reactivar la economía de nuestros vecinos, comprando en nuestras tiendas y llenando de nuevo nuestros bares y restaurantes que llevarán meses sin facturar.
Por una Costa Daurada autogestionada
La gestión del confinamiento de ayuntamientos como Reus y Salou para evitar la propagación del Covid-19 está resultando bastante efectiva, se necesitaban medidas estrictas y se han hecho a tiempo. De hecho, la Costa Daurada y les Terres de l’Ebre son los territorios con menos casos y menos muertes de coronavirus de toda Catalunya. Aquí el mapa:
Dicho eso, la gestión global de la crisis es de las más nefastas del mundo y crea mala imagen en el ámbito internacional. No haber cerrado los principales focos de la pandemia a tiempo nos condena a perder prácticamente toda la temporada turística. Un poder local con voz propia habría hecho más presión para cerrar Madrid y Barcelona, tal como han hecho en China, Italia o América con sus focos de riesgo.
La Costa Daurada es la segunda área metropolitana de Catalunya y uno de los destinos más potentes del sur de Europa. Sin embargo, este año nos hemos quedado sin trenes de proximidad que conectaban los municipios de la costa. La única inversión de los últimos 20 años han sido unos trenes AVE que nunca servirán para conectar el Camp de Tarragona. Es urgente un nuevo sistema, hay que recuperar la gestión y la planificación de nuestro territorio ante un modelo centralista que no funciona.
Repensar la oferta turística
Esta parada nos brinda la oportunidad de mejorar la actual oferta turística todavía demasiado basada en un turismo de sol y playa y hacer la evolución hacia un modelo de mayor menos estacional. En lugar de buscar la cantidad, hay que buscar la calidad. Poner más énfasis en la oferta cultural, gastronómica, deportiva, histórica y aprovechar todo el abanico que nos ofrece la Costa Daurada, desde el mar a las montañas.
A pesar de la difícil situación actual, hay que ser positivos y no dudar en ningún momento del potencial turístico de la Costa Daurada. No sólo por un clima cálido y suave que disfrutamos durante gran parte del año, sino porque somos toda una referencia en el sector. Tenemos el mejor parque temático de Europa, PortAventura, que continuará siendo un reclamo de primera. Kilómetros de litoral de arena fina y playas increíbles, como la de Salou que queda rodeada por las montañas. Una gastronomía de referencia, basada en la dieta mediterránea; productos de prestigio internacional, como el vino del Priorat, y una oferta de restauración variada y de calidad, desde el chiringuito de playa que hace una paella de pescado fresco a los restaurantes con estrella Michelin.
Además, contamos con una experiencia comercial única en el mundo, basada en el pequeño comercio que convierte las calles en centros comerciales al aire libre. Y sin olvidar el legado histórico, como la Tarraco romana; el arte, como el modernismo de Reus, o las experiencias deportivas, culturales y de ocio que se viven en toda la Costa Daurada durante todo el año.
Ahora tenemos tiempo para reflexionar y mejorar todos juntos. Toca reinventarse y adaptarse a la nueva situación, los primeros nosotros, la guía Mapilife. Si en los últimos años hemos mostrado nuestra mejor versión a todos los que nos visitan, este año habrá que resistir y ayudar a todas las empresas que hoy han cerrado para que mañana puedan volver a abrir.
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